¿Cómo afrontar un proceso de desvinculación laboral?

Lograr que un proceso de desvinculación laboral sea satisfactorio es un gran reto para las organizaciones. Conoce cómo hacerle frente con éxito.

Efectuar la desvinculación del personal requiere mucha honestidad, prudencia y recato por parte del empleador. Y, tener la buena intención de que todo vaya bien no es suficiente. 

Las empresas respetables deben esforzarse por concretar y finalizar sus relaciones en buenos términos. A continuación compartimos algunas estrategias que conducen a un despido respetuoso y sin contratiempos para los involucrados.

Apreciaciones iniciales de un proceso de desvinculación profesional

Para concretar la desvinculación de un colaborador, se requiere apreciar muy bien los factores que pueden afirmar o anular este proceso. El empleador debe tener en cuenta los siguientes datos del empleado:

  • Estructura laboral; (salario, faltas cometidas y las causas de despido).
  • Coyuntura organizacional (experiencia en el cargo, trayectoria, desempeño, comportamiento, relación con sus compañeros y otros).

Esta evaluación permite establecer los fundamentos del despido. Cuando se identifican con claridad estos elementos, se puede determinar si se extingue o no la relación de trabajo.

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Acciones que propician una desvinculación satisfactoria

Lo primero que debe considerar un buen patrono es el impacto que esta noticia genera en el empleado. Jamás debe pensar que por tener razones justificadas puede tomarse tal atribución a la ligera. Es importante mostrar empatía y humanidad. Para ello, necesitará valerse de acciones estratégicas que eviten la incomodidad al trabajador y a la compañía. 

  • Considerar con detenimiento el contexto del despido.

Las organizaciones no pueden obviar ni evadir la normativa de amparo a la estabilidad laboral. Así evitarán incurrir en un proceso arbitrario en el que el empleado ejecute una demanda, solicitando la indemnización o la restitución como forma de compensación.

Si el empleador no necesita el servicio del colaborador, lo idóneo es que procure un acuerdo voluntario. Por otro lado, la desvinculación debe fundamentarse de tal modo que no haya posibilidad de relacionarla a una intención discriminatoria.

  • Actuar con profesionalismo

Algunas acciones son determinantes para minimizar la tensión que genera esta situación. Por ejemplo, notificar cara a cara y no a través de cartas o emails y tener paciencia ante el posible enojo o inconformidad de la persona. 

Una estrategia muy profesional que está tomando auge en las empresas es el Outplacement que ayuda a sobrellevar el impacto que puede generar la restitución.

  • Tratar con respeto al empleado

El irrespeto es uno de los principales motivos de frustración en los procesos de despido. Para no caer en este error, es recomendable:

  • Dar el aviso con anticipación considerable.
  • Comunicar la decisión de manera oportuna y en un ambiente propicio.
  • Explicar con claridad, honestidad y prudencia las razones de la decisión.
  • Atender las inquietudes y solicitudes que el trabajador pueda presentar.

Un error que cometen muchas empresas es que culpan al colaborador para justificar su salida. No es profesional señalar equivocaciones, debilidades o carencias que solo consiguen menospreciar a la persona.

Elige las mejores prácticas

Cerrar un proceso de desvinculación laboral con éxito fortalece la imagen de tu empresa: ganarás confianza y respeto de tus empleados y de la competencia. Si aún no sabes cómo conseguirlo, ¡contáctanos! Podemos asesorarte con las mejores prácticas profesionales.

 

 

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