Sabemos lo complicado que ha sido llevar el home office para todos. Sin embargo, hoy queremos hablar particularmente de las mujeres y teletrabajo, dado que se ha demostrado que esta modalidad ha terminado siendo aún más demandante de lo que debería.
El Instituto de Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) y la Mutual Seguridad CChC afirman en una de sus guías “Mujeres y Salud Laboral” que:
El teletrabajo genera muchos beneficios para las partes involucradas, también puede presentar riesgos para la seguridad y salud en el trabajo especialmente de las trabajadoras, debido en gran medida a la división sexual del trabajo, ya que muchas mujeres siguen estando a cargo de las labores domésticas y de cuidado, con la consecuente sobrecarga que eso implica, siendo este uno de muchos otros aspectos a considerar a la hora de realizar teletrabajo.
Dentro de la misma guía, se menciona que el 34,7% de las mujeres que no están trabajando es por tener que cuidar a un familiar o a sus hijos. Mientras que solo el 2,3% de los hombres entregó esta razón para no trabajar.
Y si bien hablamos anteriormente sobre cómo aplicar una contención emocional adecuada para asegurar un mejor bienestar digital, hoy queremos tomar otro foco y concientizar una realidad de bastantes mujeres.
Con la situación actual, los trabajos se han trasladado a los hogares, lo que para muchas mujeres ha terminado por sobreexigirles más de la cuenta. Esto debido a su rol al interior del hogar, sus labores domésticas y cuidado de los hijos.
Dejando en evidencia la desigualdad que sigue existiendo dentro de un gran porcentaje de hogares en cuanto a los roles de género.
Antes de continuar es importante aclarar que la contención emocional no es sinónimo de evitar o negar las emociones que generan malestar. Todo lo contrario; se deben reconocer, conversar y trabajar en ellas.
A continuación queremos compartir algunas estrategias para poder aplicar una mejor contención emocional para las mujeres y teletrabajo.
Los círculos de diálogo son un espacio en el que se reúnen personas para resolver conflictos, desahogarse, brindar apoyo y más. Es un fortalecimiento comunitario en los que se puede aprender, conversar y sanar.
Por lo mismo, crear estas instancias, aunque sea de forma virtual, sería idóneo para que tus colaboradoras se expresen, además de crear lazos más estrechos dentro del equipo.
Identifica las necesidades de tus colaboradoras y prioriza siempre darles apoyo. También puedes colaborar en disminuir la carga laboral o rediseñar sus horarios de trabajo.
Comprueba a ser posible que estas sean compatibles con las capacidades y/o recursos de cada una.
Un punto muy importante para evitar crisis (entendiéndose como crisis un estado temporal de desorganización, confusión emocional y descontrol). Para hacerlo, el primer paso que se debe dar es el autoconocimiento.
Sin embargo, el proceso puede ser más complicado para algunas personas, especialmente ahora. Por lo mismo, es importante fomentar e informar sobre el tema, ya sea mediante charlas, folletos, mensajes, etc.
Por sobre todo, es fundamental evitar que las colaboradoras lleguen a un estado de burnout o estrés laboral, que entre sus síntomas incluyen desmotivación, agotamiento mental e hipersensibilidad a la crítica.
¿Cómo se han sentido en los últimos meses? ¿Han notado cambios en sus niveles de entusiasmo o satisfacción en el trabajo? ¿A qué se lo atribuyen? Para saber cómo proseguir y/o qué cambios implementar, es importante que las escuches.
Aún más importante: que ellas tengan la confianza de expresar, validar y comprender lo que están sintiendo.
No es necesario que seamos psicólogos para entregar contención emocional; prestar atención, escuchar sin prejuicios y ser empáticos ya contribuye a calmar un poco más a la persona.
Como empleador puedes apoyar este proceso reflexivo, fomentar la empatía y la escucha activa. Junto a esto, trata de tener disponibilidad para ellas lo más que puedas.
Lo ideal sería que todos los integrantes de la vivienda se compartieran todas y cada una de las tareas del hogar. Sin embargo, llevarlo a la práctica es totalmente distinto y, como personas externas, no podemos influir directamente en cambiar estas situaciones.
Por supuesto, sabemos que existen millones de casos distintos, pero es exactamente por lo mismo que es importante informar respecto a. De ser posible, intenta dar charlas sobre el tema, así como tips y herramientas.
Tal vez dentro de tus colaboradoras hay más de una que aún no sabe cómo cambiar su rutina, cómo pedir más apoyo o dejar de sentirse culpable.
Las horas que las mujeres dedican al trabajo, tanto remunerado como no remunerado, ha aumentado exponencialmente. Esto puede traer muchas consecuencias a futuro y por ello deben tomarse medidas oportunas.
El estrés puede terminar produciendo daños en la salud física, psíquica y social, por nombrar algunas. Es por ello que la salud mental, un buen clima laboral y una buena aplicación del trabajo remoto son tan importantes.
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